Y no me quedan palabras para describir la sensación que tuve cuando acabó el corto y el público comenzó a aplaudir, silvar y gritar a la vez. Apabullante, quizás sería la palabra. Y con esto cumplimos con la meta final del cortometraje: divertir y entretener. Solo me queda agradeceros a todos por desplazaros hasta Sitges para apoyar Space Monster. Vuelvo a repetir que ha sido una experiencia alucinante estar allí con vosotros. Acabe como acabe... para mí ya es un éxito.
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